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Chetumal es una ciudad fronteriza cuyo atractivo va más allá de la actividad comercial con Belice, ya que ofrece divertidas actividades y tiene una rica historia que viene desde los antiguos mayas. Como capital del estado de Quintana Roo, Chetumal cuenta con todos los servicios citadinos sin perder el encanto de las poblaciones pequeñas.
Un viaje a Chetumal no estaría completo sin recorrer el boulevard construido a lo largo de la bahía homónima, desde donde se aprecian lindos atardeceres. Además, esta ciudad es el lugar ideal para partir hacia maravillosas zonas arqueológicas, fantásticos escenarios naturales y tradicionales pueblos de raíces mayas.
Se dice que Chetumal es la cuna del mestizaje, cuando consumaron su amor el soldado español Gonzalo Guerrero y la princesa maya Zazil-Há. En 1898, con el fin de detener el tráfico de armas entre Belice y los insurgentes mayas de la Guerra de Castas, los españoles enviaron a Othón P. Blanco para fundar un puesto aduanal, lo que dio origen al pueblo de Payo Obispo, que posteriormente se convertiría en Chetumal.
Poco a poco, Chetumal basaría parte de su desarrollo en el comercio de mercancías entre Centroamérica y México, así como en la explotación del árbol del chicle y diversas maderas preciosas. En 1955, el huracán Janet devastó una parte de la ciudad, pero se fue reconstruyendo y modernizando en los años posteriores. En 1974, por decreto presidencial, se creó la Zona Libre con Belice, que permite la importación de artículos básicos sin impuestos y ha fomentado fuertemente el turismo en Chetumal.
Una gran cantidad de manifestaciones culturales y populares unen a estos dos lugares, pues la frontera sur de México los sitúa como el paso obligado desde centro y Sudamérica hacia nuestro país. La cocina típica de la región, ritmos como el reggae y punta rock, bailes tan peculiares como el pasacalle y el calabaceado, el clima tropical, el tipo selvático de vegetación y hasta el diseño arquitectónico urbano, son algunos de los elementos que comparten como propios Chetumal y Belice.
Es la misma población de las dos ciudades la que se ha encargado de ajustar los lazos que las unen, pues el ir y venir de habitantes de uno y otro lado de la frontera para acceder a escuelas, hospitales y centros recreativos, entre otros, ha logrado que existan familias "binacionales" que aman tanto a Belice como a México.