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De atmósfera relajada ideal para alejarse de la vida en la ciudad, Holbox es una isla llena de encantadores búngalos y cabañas que te harán sentir en un auténtico destino caribeño. Es famoso por el avistamiento del tiburón ballena, así como por los flamencos que se pueden apreciar a ciertas horas del día, sobre todo mientras se alimentan de pequeños peces y algas en el mar.
El turismo en Holbox queda fascinado con la isla porque posee un entorno tranquilo, incomparables playas y exótica vida animal y marina. Además, Holbox está alejado de la influencia del turismo masivo, ya que pertenece a la reserva natural y área protegida de Yum Balam.
Las playas de Holbox son semivírgenes y de arena coralina, llenas de caracoles junto a la exuberante vegetación de los manglares. Las aguas de su mar cambian de tono, yendo desde el azul turquesa del Mar Caribe, hasta el esmeralda del Golfo de México. Aquí podrás contemplar delfines saltando y otros bellos ejemplares libres en su hábitat.
Antes de viajar a Holbox, es interesante que conozcas el origen de su nombre. “Holbox” se traduce desde el maya al español como “hoyo negro”, ya que es conocido por tener una pequeña laguna en la parte sur de la isla. El fondo de dicha laguna es oscuro, por lo que da la impresión de ser un hoyo negro.
Isla Holbox cuenta con ríos que atraviesan los selváticos manglares, dividiendo la isla en tres partes, de las cuales sólo la más pequeña de ellas es habitada por humanos.
Con 40 km de largo y hasta 2 km de ancho, Holbox se localiza en la parte norte de la Península de Yucatán, justo donde inicia el Caribe Mexicano en Cabo Catoche. Si decides pasar tus vacaciones en Holbox, es necesario llegar al Aeropuerto Internacional de Cancún y posteriormente dirigirse hacia Chiquilá para tomar un ferry hacia la isla.